
Lecturas esenciales- «Diez guiones con historia», de P. Sangro Colón y M.Á. Huerta Floriano
El interés general que despierta el volumen es notable, pero resulta inevitable una cierta descompensación de uno a otro capítulo. Prima lo heterogéneo y aquí se dan cita análisis más sesudos –Muerte en Venecia según Ernesto Pérez Morán- que se complementan con otros más a priori anecdóticos (pero incluso más divertidos), como el de La Guerra de las Galaxias, donde Antonio Sánchez-Escalonilla nos recuerda que George Lucas fue, en un tiempo, ese mismo flipado incurable que tienes en tu taller de guión, el de los mundos imaginarios repletos de criaturas con nombres impronunciables. Ejercicios de periodismo-ficción un tanto intrascendentes -no acabo de pillarle la gracia a las falsas entrevistas que dedica el cineasta Rodrigo Cortés a los responsables de El cazador de sueños– se dan la mano con encendidas y pasionales defensas de un título más que significativo del reciente cine español -es infecciosa la pasión luciferina por El día de la bestia que expresa Carlos Molinero-. Reflexiones entorno a la adaptación de la novela a la gran pantalla -en el capítulo que José Luis Sánchez Noriega dedica a Los santos inocentes– conviven con ejercicios de nostalgia entorno al aprendizaje -o de cómo Matrimonio de conveniencia es una comedia seminal para el guionista Diego San José.
Ejercicios de periodismo-ficción un tanto intrascendentes se dan la mano con encendidas y pasionales defensas
Todo esto hace de Diez guiones con historia un título aparentemente anecdótico, pero en el fondo altamente contagioso y estimulante. Un guiño cinéfilo de agradecimiento hacia diez películas significativas, extensible en la calidez de los propios recuerdos a cualquier guión que uno pueda tener como referencia. Y ante todo representa una lectura ágil, amena y, gran parte del tiempo, enriquecedora. A su manera bastante más que esos libros de portada flúor que reposan en la estantería de Fnac y que le gritan uno a la cara títulos que suelen empezar por la palabra «Cómo…» y terminar por «…perfecto»