Juanjo López

Una noche entendí por fin que las vidas de los demás son una farsa y que si a mi pueblo lo consideran capital de provincia yo también puedo dedicarme a lo único que sé hacer bien sin sentir que pierdo el tiempo: ESCRIBIR. Me gradué en Granada, crecí en Chile y maduré en Cuba antes de aterrizar en Barcelona para aprender de los mejores. He escrito webseries, cortometrajes y mediometrajes de ficción o documental, cientos de críticas, un buen puñado de relatos y algún que otro monólogo. También me han dejado hacer radio y dar clases de guion. Incluso me ha dado tiempo a escribir proyectos que solo fueron proyectos. Con la mujer de mi vida tenemos dos criaturas y una productora que suma un cortometraje con mogollón de éxitos, cinco ediciones del Festival de Cine Chipriota y Griego y varios ciclos de Cine para museos y centros cívicos. 

Xavi Roldan

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Ramon Llull y con sendos postgrados de realización y guion en mi haber, pienso más tiempo en el cine que en mi pobre y abandonada familia. A menudo he usado mis nada despreciables conocimientos en la materia para socializar más y mejor, sin reparar en que lograba el efecto contrario. Responsable de algunos cortos, documentales y videoclips, compagino la escritura de guiones, el diseño de storytelling y el análisis de guion con el periodismo cultural y la dirección de algún que otro programa de radio, donde doy salida a mi obsesión por la cultura. Aún no he saltado el tiburón.

Juan Carlos Sánchez-Marin

Crecí entre tebeos de superhéroes, libros de aventuras y películas en la televisión de sábado por la tarde. El mejor regalo que me hicieron cuando era crío fue «El hobbit» y, aunque era una edición bastante cutre, fue abrirlo y olvidarme del envoltorio…y del mundo. Los fines de semana eran más fines de semana cuando me llevaban al cine a ver el estreno del que todo el mundo hablaba.  Y un plan estupendo era perderse entre las estanterías de un videoclub o una librería. Dejé la infancia y la adolescencia atrás y contra todo pronóstico, esa pasión por las historias se convirtió en mi oficio.

Un guionista escribe para solucionar esa necesidad de expresión que está justo al límite de la patología. Un guionista, cuando escribe, practica una suerte de ajuste de cuentas consigo mismo.